sábado, 6 de septiembre de 2008

Cuando las culturas entran en contacto


En la actualidad las sociedades occidentales viven uno de los mayores retos planteados a la educación por constituirse cada vez más como auténticos núcleos multiculturales. En este sentido y como actividad intencional que es, la educación persigue unos fines (desarrollo de las capacidades del alumnado, transmisión de conocimiento, etc) que debemos enmarcar en el gran objetivo de todos: lograr el desarrollo integral de alumnos y alumnas como personas.

La socialización secundaria (en la escuela; la primaria ocurre en la familia), como parte de los fines mencionados, busca la iniciación de niños y niñas en las costumbres, normas, hábitos y valores que les permita ocupar un lugar en la sociedad en la que viven; es decir, el proceso socializador de un niño español será diferente del de uno magrebí, debido a las propias especificidades de cada cultura. Este hecho, sumado a los posicionamientos acríticos que solemos adoptar las personas con respecto a la cultura materna, cuyo cuestionamiento resulta difícil y poco frecuente, pueden favorecer la aparición de conflictos a la hora de confrontar culturas diferentes, y complicar la modificación de valores propios o la asunción de valores nuevos.

Para Bailey es posible liberar a las personas de este tipo de condicionamientos y limitaciones mediante el desarrollo de la autonomía racional, pues ésta ayudaría a ampliar los horizontes de cada cual aumentando de este modo la superación de los prejuicios y las posibilidades de elección. El papel de la educación, por lo tanto, sería favorecer la amplitud de miras y perspectivas para disminuir las limitaciones impuestas por el propio contexto social. Sin embargo, no debemos olvidar que la autonomía racional es una capacidad que desarrollamos socialmente, ya que no nacemos autónomos, y que se opone a la educación como adoctrinamiento.

Si bien el objetivo principal del contacto entre culturas está motivado por razones que van más allá del intercambio cultural, y que suelen condicionar conductas y modos de relacionarse, es necesario tener en cuenta estas premisas estructurales para comprender las causas y consecuencias de la multiculturalidad hoy en día, y tenerlo de referente básico en las metodologías educativas que los docentes emplean en los centros escolares. ¿Qué puede pasar cuando una minoría y una mayoría se juntan o entran en contacto? La imagen más común es la de la aparición de conflictos o cuando menos, la alteración de la vida cotidiana. En cualquier caso, es un fenómeno que redundará en la convivencia escolar de uno u otro modo. Berry utiliza dos variables para definir cuatro conceptos: el respeto por la identidad cultural y la búsqueda de soluciones positivas:

• Integración: se produce cuando se conserva la identidad cultural y las costumbres y se buscan y valoran las relaciones positivas. Ciertamente, es algo complicado, por las propias características implícitas en los procesos migratorios (por parte de los inmigrantes: legalización de la situación, conocimiento del idioma, acceso a servicios públicos como sanidad, educación, vivienda, trabajo…, por parte de la sociedad autóctona: interés, deseo de encuentro, visión que se tiene de los inmigrantes).

• Asimilación: se produce cuando no se conserva la identidad cultural y las costumbres pero se buscan y valoran las relaciones positivas. Es muy frecuente tanto en Europa como en Estados Unidos, donde sobre todo interesa mantener relaciones con la población inmigrante en cuanto trabajadores, exigiéndoseles como contrapartida que se americanicen o europeícen para ser mejor aceptados.

• Separación: se produce cuando se conserva la identidad cultural y las costumbres pero se evitan las relaciones positivas. Es uno de los efectos del relativismo cultural. Se establecen unas bases de respeto a la cultura de las minorías étnicas pero siempre que no “molesten”. Los guetos de inmigrantes que se producen en las grandes ciudades o los poblados gitanos de las periferias (que en este caso, pueden experimentar varios modelos a la vez) son reflejo casi siempre de este fenómeno.

• Marginación: se produce cuando ni se conserva la identidad cultural ni las costumbres, ni se favorecen las relaciones positivas. Es un caso extremo que recuerda el exterminio de otras culturas.

En cualquier caso, es la mayoría la que detenta el poder y asimismo, es una clasificación susceptible de crítica y mejora, pero puede contribuir a reflexionar sobre el tema de la multiculturalidad ampliando así las perspectivas para una mayor comprensión y su relación con la educación.

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