sábado, 6 de septiembre de 2008

Presentación


El objetivo de este blog es ampliar la reflexión sobre el tema de la convivencia, y en particular, de la convivencia escolar, posibilitando opiniones, críticas y sugerencias de cualquier navegante interesado en participar.

Se introducen algunos enlaces interesantes para pensar y para debatir, o simplemente para leer y ampliar el conocimiento y descubrimiento de sitios web y blogs relacionados que se encuentran por la red al alcance de todos y todas.

Próximamente sería interesante lanzar cuestiones que tocan con la convivencia escolar, como los contactos por el ciberespacio, las relaciones a través de correos electrónicos y chats, para ver y analizar en qué medida las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están produciendo cambios en la forma de interaccionar socialmente. ¿Preferimos hablar con compañeros y compañeras sin verles las caras?, ¿nos aíslan más que acercarnos las herramientas tecnológicas?, ¿qué nos ofrece la era digital para tenernos tan amarrados a la silla y al ordenador?
¿Se puede hablar de convivencia digital?

Por otro lado, los temas expuestos aquí están tratados de manera un tanto superficial, a modo de pinceladas reflexivas procedentes de la realidad social y educativa por un lado, y de la teoría pedagógica, por otro. Los medios seguramente introducen el sesgo en estas reflexiones de manera inconsciente, pues resulta muy complicado sustraerse al bombardeo mediático, a pesar de hacer un esfuerzo intencionado que permita criticar e, intentando construir, proponer.

Junto a las reflexiones, existen algunas propuestas didácticas para intervenir de manera positiva en la transmisión de valores, en la resolución de conflictos, o en las formas de ocupar el tiempo libre del alumnado. También hay aspectos como el de la inteligencia emocional que quisiera profundizar en un futuro no muy lejano, a ser posible, con aportaciones basadas en interés por compartir estos pensamientos escritos y desde ahora… criticables.


Propuesta educativa: Dramatización

La idea es sencilla: un grupo de alumnos de Bachillerato, cercano por la edad a las primeras experiencias en el mundo del trabajo, puede ocuparse de representar este guión sobre la situación laboral actual como excusa para realizar posteriormente un debate con las impresiones causadas, siendo el tema de fondo el sexismo.

El mundo al revés

- Vengo por lo del anuncio, señora.
- Bien –dice la jefa de personal-, siéntese. ¿Cómo se llama usted?
- Carlos…
- ¿Señor o señorito?
- Señor.
- Deme su nombre completo.
- Carlos García, señor de López –le entrega su C.V.
- ¿Cómo se ha enterado de esta oferta laboral?, ¿a través de algún portal de teletrabajo por Internet?
- Pues… la verdad es que no. En casa la única que usa el ordenador es mi mujer; a mí me asustan un poco todavía las máquinas, pero estoy pensando en hacerme un cursillo de Word. Fue a través de la ETT.
- Ya; en cualquier caso, debo decirle, señor de López que actualmente a la dirección de la empresa no le gusta emplear varones casados. En el departamento de la señora Ortiz, para la cual nosotras contratamos el personal, hay varias personas de baja por paternidad. Es legítimo que las parejas jóvenes deseen tener niños –nuestra empresa, que fabrica ropita de bebé, les anima a tenerlos-, pero el absentismo de los futuros padres constituye un hándicap para la marcha de un negocio.
- Comprendo, señora, pero ya tenemos dos niños y no quiero más. Además –el señor García se ruboriza y habla en voz baja-, tomo la píldora.
- Bien, en ese caso, sigamos. ¿Qué estudios tiene usted? No lo veo en el C.V.
- Tengo el graduado escolar y el módulo de formación profesional de grado medio de administrativo. Me hubiese gustado acabar el Bachillerato, pero en mi familia éramos cuatro y mis padres dieron prioridad a las chicas, que es lo normal. Tengo una hermana juez y otra médico.
- ¿En qué ha trabajado últimamente? Parece que la última fecha en la que estuvo usted contratado no es muy reciente…
- Sí, bueno, es que sobre todo he hecho sustituciones, no siempre con contrato, ya que me permitía ocuparme de los niños mientras eran pequeños.
- ¿Qué profesión desempeña su esposa?
- Es jefa de obras de una empresa de construcciones, un negocio familiar. Pero está estudiando ingeniería, ya que en un futuro tendrá que sustituir a su madre al frente del negocio.
- Volviendo a usted, ¿cuáles son sus pretensiones?
- Pues…
- Evidentemente con un puesto de trabajo como el de su mujer y con sus perspectivas de futuro, usted deseará un sueldo de complemento básicamente, ¿no? Unos eurillos para gastos personales, como todo varón desea tener, para sus caprichos, trajes, maquillaje… Podemos ofrecerle 400 euros mensuales, sin dietas pero con una prima de asiduidad, y quizá media jornada para empezar. Fíjese en este punto, señor de López, la asiduidad es absolutamente indispensable en todos los puestos. Ha sido necesario que nuestra directora crease esta prima para animar al personal a no faltar por tonterías. Hemos conseguido disminuir el absentismo laboral masculino a la mitad. Sin embargo, hay señores que faltan con el pretexto de que el niño tose o de que hay una huelga en la escuela. ¿Cuántos años tienen sus hijos?
- La niña seis y el niño cuatro. Los dos van al cole y los recojo por la tarde, cuando salgo del trabajo, antes de hacer la compra.
- Y si se ponen enfermos, ¿tiene usted algo previsto?
- Su abuelo puede cuidarlos; vive muy cerca.
- Muy bien. Pues, de momento eso es todo. Gracias, señor de López. Ya le comunicaremos nuestra decisión dentro de unos días.

El señor García sale de la oficina lleno de esperanza; parece que no le han puesto muchos problemas con lo de los niños y ha tratado de dar una imagen de interés por la formación y puesta al día con lo del cursillo de ordenadores.

La jefa de personal le observa atentamente desde su despacho mientras sale de la oficina. Tiene las piernas cortas, la espalda algo encorvada y una incipiente calvicie. “La señora Ortiz detesta los calvos”, recuerda la responsable de contratación, recordando algunos criterios de selección que debe tener presentes para dar una buena imagen de la empresa. Además, le tiene dicho que siempre es más resultón alguno alto, joven y rubio… y soltero. Y la señora Ortiz será la directora del grupo el próximo año.

Carlos García recibe una carta sólo dos días después que comienza diciendo: “Lamentamos…


Propuesta educativa: juego de rol sobre mediación


Como su nombre indica, es un juego a desarrollar, preferentemente a partir de ESO, para ponerse en el lugar de otra persona, con unas características y un perfil concreto, y desde ahí actuar como podría hacerlo ésta, en base a unas pautas especificadas sobre el contexto y las circunstancias del conflicto, intentando interactuar con todos los personajes del juego para llegar a una solución. Es importante dejar un tiempo previo para que cada persona o grupo se empape de su rol/papel y se haga una composición de lugar. Actuar en lugar de otro nos ayuda a liberarnos de algunos miedos como el pánico escénico y el temor a ser juzgados, a encontrar perspectivas de análisis diferentes y a veces ocultas para resolver situaciones problemáticas. Asimismo, es una forma de opinar y tomar decisiones desde el parapeto que proporciona asumir una personalidad que no es la propia.

Estela y Nacho buscan persona que medie

Situación: Dos compañeros llevan compartiendo un piso cerca de dos años. Son amigos desde el instituto y comparten pandilla, pero ahora se han dado cuenta de que tienen fuertes diferencias. Incluso, han llegado hasta tal punto, que en este momento no se dirigen la palabra; y la tensión va en aumento. Ninguno de los dos sabe muy bien qué hacer, pero no quieren involucrar a nadie conocido por temor a que se sientan obligados a elegir. Por eso deciden acudir a ti para que actúes de mediador/a y les ayudes a buscar posibles salidas.

La perspectiva de Nacho: Has tenido problemas con Estela desde el primer momento que empezasteis a vivir juntos. Eres una persona muy abierta y te gusta disfrutar de la vida. Te has dado cuenta de que Estela es una persona que se preocupa demasiado por las cosas, muy seria, y sólo piensa en trabajar. Cuando decidisteis alquilar un piso, Estela sugirió que podía encargarse de la economía: hacer los pagos, llevar las cuentas, tenerte al tanto de los gastos, y ese tipo de cosas. Ahora, en vez de darte esa información, se está quejando continuamente de que no trabajas y de que pagas tarde. Claro que no tienes un trabajo fijo, pero hasta ahora siempre has podido cumplir con tus obligaciones monetarias. Para ti el problema viene de que Estela trabaja demasiado. Eso de la tienda de ropa la está matando. Ya no tiene tiempo para nada, y se queja incluso de tu música. Actualmente casi no os habláis, no sabéis qué hacer, pero desde luego, no aceptas que Estela, con esa cara de santa y ese aire de superioridad, te eche la culpa. Con el dinero que te pagan tus pocos alumnos particulares de solfeo no puedes permitirte alquilar un local para ensayar con tu grupo, así que a veces toca en casa, y como Estela se acuesta pronto…

La perspectiva de Estela: Has tenido problemas con Nacho desde el primer momento que empezasteis a vivir juntos. Como eres una persona a la que no le gusta meterse en las cosas de los demás, y bastante reservada, nunca le has dicho nada de forma directa. El principal problema es que Nacho no se toma en serio algunas cuestiones básicas, como la necesidad de un trabajo, si no fijo por lo menos estable, ni cumple con los pagos del piso a su debido tiempo. Como eres la encargada de llevar las cuentas de casa, siempre te encuentras con el problema de tener que adelantar los pagos de los recibos y la comida, que después, cuando puede, te reembolsa Nacho. Pero siempre paga tarde y a veces se olvida, y te toca recordárselo (cosa que no te gusta nada). Precisamente ahora te debe 400 euros. Cuando trataste de hablar con él evitó el problema y te acusó de ser demasiado seria y aguafiestas, cuestionando tu confianza en él.
Actualmente casi no os habláis. Tienes un trabajo en una tienda de moda joven y eso te obliga a levantarte temprano y a acostarte no muy tarde. Como la jornada es partida y necesitas coger metro y autobús para llegar, no te da tiempo a comer en casa y debes prepararte la comida cada mañana antes de salir. Para cuando te acuestas, a eso de las 11, Nacho prácticamente empieza su actividad nocturna, y claro, como se levanta a media mañana… Por todo ello has decidido salir de esa situación, pero no sabes cómo porque, entre otras cosas, todavía quedan 8 meses de contrato del piso.

Mediador/a: tienes absoluta libertad para organizar la mediación como prefieras.

Mediación escolar

Educación en valores, habilidades sociales e inteligencia emocional

En el número 391 de Cuadernos de Pedagogía, Rosario Ortega Ruiz, en un trabajo titulado “Víctimas, agresores y espectadores. Alumnos implicados en situaciones de violencia”, habla sobre tres tipos de protagonistas en los conflictos escolares actuales: las víctimas, los agresores y los espectadores. Los dos primeros son fácilmente identificables, y los terceros, una vez descubiertos, también. Una vez descubiertos, porque, precisamente por su forma de pasar (a propósito) inadvertidos son obviados más de lo que deberían durante el proceso de resolución.

En este sentido, la educación en valores (desde la clarificación a la identificación de los códigos que manejan los escolares de forma cotidiana en la escuela) debería ser primordial en el currículo de los centros educativos. Si bien los equipos de orientación no dan abasto para intervenir en todos los contextos problemáticos de la rutina diaria, queda manifiesta la necesidad de dotar de herramientas formativas tanto a los docentes como al alumnado.

La falta de tiempo material para abordar los conflictos de manera positiva (los programas lectivos son muy exigentes y acaparadores) está provocando una especie de efecto bola de nieve por acumulación. Si no hay tiempo suficiente para dedicarlo a la resolución integradora, habría que pensar en introducir en el curriculo materias, asignaturas o seminarios de educación en valores y habilidades sociales para tratar estas cuestiones de modo natural durante el curso, y no sólo en sesiones de tutoría o en sesiones extraordinarias del equipo de orientación.

Si además consideramos la poca importancia que se da a los aspectos emotivos, a los sentimientos, como parte fundamental de la educación en los planes de enseñanza oficiales, podemos caer en la cuenta de que ésta está coja, al ocuparse únicamente de la transmisión de conocimiento.

Las relaciones en los centros escolares denotan carencias derivadas de lo mencionado con anterioridad, siendo, la inteligencia emocional, objeto de múltiples investigaciones en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, que atestiguan los cambios positivos del alumnado que ha participado en experiencias integradoras y complementarias, con una formación que tocaba igualmente intelecto y emociones. Los resultados mostraron que los niños y niñas habían aprendido a reconocer y conceptualizar sus emociones, sobre todo en los conflictos, para, posteriormente trabajar en su control. El dominio emotivo es posible si se educa, y por supuesto, sumamente importante. En un sistema mercantilista que deja tantos trabajadores por el camino es fácil caer en la frustración, sin olvidar el elevado número de depresiones que se diagnostican en la actualidad, incluyendo a chavales de corta edad, porque se sienten marginados, incomprendidos, o simplemente incapaces de lidiar con emociones que ni entienden ni saben reconocer.

Las emociones pueden educarse tempranamente, y de este modo, autosuficientemente, evitar psicógos y psiquiatras, a los que se suele acudir cuando no encontramos soluciones por nosotros mismos. La escuela podría ser un buen ámbito para desarrollar mecanismos formativos que complementen la educación actual, tal y como la conocemos.

Víctimas, agresores y espectadores. Alumnos implicados en situaciones de violencia

Relaciones de poder en la escuela


El concepto de poder abarca una gran amplitud de significados, algunos de los cuales tienen claras connotaciones negativas asociadas en su mayor parte a la violencia. Es fácil evocar un orden social injusto basado en una relaciones desiguales. Pero, al igual que el conflicto, el poder nos rodea y preside los modos de socializarnos. No tendría por qué ser algo negativo, como el conflicto en sí mismo. Otra cuestión es el acompañamiento de valores y actitudes que lo complementen y definan.

Para comprender las relaciones de poder en la escuela podemos intentar pensar en el marco institucional que las engloba y que denota su especificidad. La dependencia estructural (casi vital) del trabajo repercute en la cotidianidad escolar, obligando a los docentes a planificar y programar de acuerdo a unas normas y pautas socioeconómicas que deben tender al logro del éxito profesional del alumnado en el futuro.

Frente a una lógica pedagógica subyacente en todo proceso educativo, la lógica burocrática constriñe la labor del profesorado, subordinándola a la jerarquía institucional que sigue, hoy por hoy, los dictados de las políticas de mercantilización global. El camino de la competitividad intercentros está servida: la oferta privada crece en detrimento de la pública, amparada en una gestión escolar que se parece sospechosamente a la empresarial.

Curiosamente, la libertad que ampara la capacidad de elección de los padres ante la diversificación de la oferta educativa parece cautiva, a la vez y aunque resulte contradictorio, del contexto neoliberal en el que se halla inscrita; orientaciones y códigos que abogan por las diferencias sociales en pro de las familias con más medios. Es algo parecido a lo que está ocurriendo con la sanidad y el resto de servicios públicos, con una imagen al exterior nada convincente y poco capaz de satisfacer las demandas que exige la sociedad actual.

Volviendo a la cuestión de las relaciones escolares, si bien se promueve la horizontalidad entre iguales, es la verticalidad la que dirige la pirámide ecológica de la cultura escolar. La figura del profesor encarna la autoridad para el alumnado, de forma que representa el mantenimiento del orden y la disciplina en el aula, sin que ello sea óbice para apelar a la responsabilidad de alumnos y alumnas en cualquier situación que altere la “normalidad”. Este hecho sumado a la libertad que el mercado ha sustraído a los ciudadanos está promoviendo una suerte de esquizofrenia de valores y códigos que dejan tras de sí mucha incertidumbre respecto a la manera de comportarnos. Con estos ambages habría que asegurarse del poder que ejercemos y sobre todo, de cómo lo ejercemos, los miembros de la comunidad educativa en su conjunto: alumnado, profesorado, padres y madres, administración.

El orden escolar se produce y reproduce diariamente mediante interpretaciones subjetivas, normas implícitas y diferentes grados de participación en el entramado socioeducativo. Ante diferentes concepciones (y asunciones culturales) es muy posible que surjan conflictos con bastante frecuencia. En este contexto, la semántica del poder puede resultar clave para afrontar las situaciones conflictivas. El funcionamiento institucional vertical mencionado anteriormente puede representar la materialización más represiva del poder bajo la lógica burocrática de la imposición, viéndose de abajo arriba (alumnado hacia profesorado) como un ejercicio de violencia simbólica, y en gran medida, legitimada por el propio sistema (castigos y sanciones justificados); y de arriba abajo (profesorado hacia alumnado) como una subsunción de la tarea de vigilancia sobre la pedagógica, y por tanto, como una anulación obligatoria de la tarea –libre y vocacional- educadora. En ambos casos es posible que la frustración ante la dificultad de interactuar de otro modo prevalezca sobre otras emociones a la hora de relacionarnos con docentes y alumnos, con la consecuente obstrucción de posibles soluciones alternativas. ¿En qué ha quedado el ideal democratizador de la función docente –formar personas libres, solidarias, creativas?

Educación intercultural: una visión positiva del conflicto

Los conflictos son inherentes a cualquier dinámica social, y por ello, también y con más razón, a la coexistencia de personas de diferentes culturas en un mismo contexto: es la sociedad multicultural de la globalización.

Al hablar de conflictos solemos pensar en aspectos negativos: separación, ruptura, dificultades, falta de armonía, alteraciones difícilmente controlables; pero es posible dotar al conflicto de una visión positiva que posibilite una oportunidad de enriquecimiento mutuo basada en el respeto hacia lo que no conocemos y al deseo de aprender y comprender para formar una opinión constructiva. Como proceso socializador, la interacción puede facilitar un feed-back entre las partes en conflicto de forma que todo el mundo aprenda o amplíe sus perspectivas vitales.

Si partimos de la idea de que todas las personas que constituimos una sociedad multicultural son responsables de los conflictos que se producen en su seno, podemos encontrar numerosos protagonistas a la hora de analizar éstos. Al menos sabemos detectar dos colectivos importantes: las minorías étnicas (inmigrantes) y la población autóctona; pero además podemos distinguir la implicación por sectores productivos en los conflictos, de manera que situemos las instituciones por un lado (administraciones públicas: sanidad, escuela, medios de comunicación, etc), el sector empresarial por otro (iniciativa privada, bancos, comercios). De este modo podemos obtener una panorámica lo suficientemente amplia como para contemplar aspectos que complementen nuestras opiniones y puntos de vista.

Pero además es preciso pensar que la presencia de lo diferente potencia el crecimiento, y viceversa: no podemos crecer como sociedad, en valores como el respeto o el interés por conocer otras realidades, si no nos ponemos en contacto con lo diferente. Los conflictos representan un motor de cambio que nos permite crecer dialécticamente y avanzar hacia un mayor enriquecimiento mutuo.

Con una visión positiva de los conflictos, el planteamiento pedagógico no pasaría por evitarlos o eludirlos, sino por afrontarlos directamente, e incluso provocarlos, es decir, sacarlos a la luz cuando son latentes.

En este contexto, la educación intercultural se presenta como una herramienta propositiva que surge ante los conflictos que se producen en las sociedades multiculturales, y cuyo objetivo final es promover un encuentro entre colectivos distintos, grupos étnicos, etc, donde se produzca un intercambio en pie de igualdad, conservando la especificidad de cada cual al tiempo que buscando el enriquecimiento mutuo mencionado anteriormente.

Sus destinatarios son tanto los miembros de la población autóctona como las personas pertenecientes a los diferentes colectivos sociales y étnicos. Pretende que la sociedad autóctona:

• conozca y modifique los estereotipos y los prejuicios

• favorezca el conocimiento y la valoración positiva y crítica de las culturas minoritarias

• propicie una toma de conciencia sobre la necesidad de un mundo más justo

• promueva actitudes, conductas y cambios sociales positivos que eviten la discriminación y favorezcan las relaciones positivas, posibilitando el desarrollo específico de las culturas minoritarias.

Y promueve que las minorías étnicas:

• conozcan y modifiquen los estereotipos y los prejuicios

• favorezca el conocimiento y la valoración positiva y crítica de las culturas mayoritarias

• den a conocer la propia cultura

• promueva actitudes, conductas y cambios sociales positivos que eviten la discriminación y mejoren sus condiciones de vida.


Propuesta educativa: dinamización de eventos culturales en la escuela


Calendario de actividades culturales durante el curso dentro y fuera del horario escolar

Con claros objetivos didácticos y lúdicos, se trataría de hacer un calendario de actividades variadas que ofrecieran a los alumnos interesados la posibilidad de asistir a proyecciones, conciertos, obras de teatro, exposiciones, concursos literarios, dentro del centro escolar y con un horario flexible. Se podría hacer coincidir dichas actividades con fechas señaladas (el día del libro, el día de la paz, etc). Objetivos culturales.

• proporcionar al alumnado posibilidades de información y contactos directos con las fuentes y agentes productores de cultura, tanto con sus creadores como con sus obras.

• Llevar al centro un repertorio de la oferta cultural social (del pueblo, de la ciudad, del municipio), con manifestaciones artísticas de diversa índole y para todos los públicos.

• Fundamentar la formación cultural del alumnado.

• Ofrecer alternativas de ocio positivas.

Algunos ejemplos:

• ciclos de conferencias sobre diferentes aspectos de la paz y los derechos humanos, educación en valores, convivencia, impartidas tanto por adultos expertos o activistas como por aquellos alumnos y alumnas que se hayan preparado una intervención, y que tenga repercusiones positivas en sus notas, por ejemplo.

• Dramatizaciones y representaciones teatrales.

• Proyecciones audiovisuales de diferentes movimientos culturales.

• Conciertos y audiciones musicales.

• Semanas temáticas.

• Certámenes literarios abiertos a la participación del alumnado con premios culturales (suscripciones a revistas, lotes de libros, becas escolares).

Cuando las culturas entran en contacto


En la actualidad las sociedades occidentales viven uno de los mayores retos planteados a la educación por constituirse cada vez más como auténticos núcleos multiculturales. En este sentido y como actividad intencional que es, la educación persigue unos fines (desarrollo de las capacidades del alumnado, transmisión de conocimiento, etc) que debemos enmarcar en el gran objetivo de todos: lograr el desarrollo integral de alumnos y alumnas como personas.

La socialización secundaria (en la escuela; la primaria ocurre en la familia), como parte de los fines mencionados, busca la iniciación de niños y niñas en las costumbres, normas, hábitos y valores que les permita ocupar un lugar en la sociedad en la que viven; es decir, el proceso socializador de un niño español será diferente del de uno magrebí, debido a las propias especificidades de cada cultura. Este hecho, sumado a los posicionamientos acríticos que solemos adoptar las personas con respecto a la cultura materna, cuyo cuestionamiento resulta difícil y poco frecuente, pueden favorecer la aparición de conflictos a la hora de confrontar culturas diferentes, y complicar la modificación de valores propios o la asunción de valores nuevos.

Para Bailey es posible liberar a las personas de este tipo de condicionamientos y limitaciones mediante el desarrollo de la autonomía racional, pues ésta ayudaría a ampliar los horizontes de cada cual aumentando de este modo la superación de los prejuicios y las posibilidades de elección. El papel de la educación, por lo tanto, sería favorecer la amplitud de miras y perspectivas para disminuir las limitaciones impuestas por el propio contexto social. Sin embargo, no debemos olvidar que la autonomía racional es una capacidad que desarrollamos socialmente, ya que no nacemos autónomos, y que se opone a la educación como adoctrinamiento.

Si bien el objetivo principal del contacto entre culturas está motivado por razones que van más allá del intercambio cultural, y que suelen condicionar conductas y modos de relacionarse, es necesario tener en cuenta estas premisas estructurales para comprender las causas y consecuencias de la multiculturalidad hoy en día, y tenerlo de referente básico en las metodologías educativas que los docentes emplean en los centros escolares. ¿Qué puede pasar cuando una minoría y una mayoría se juntan o entran en contacto? La imagen más común es la de la aparición de conflictos o cuando menos, la alteración de la vida cotidiana. En cualquier caso, es un fenómeno que redundará en la convivencia escolar de uno u otro modo. Berry utiliza dos variables para definir cuatro conceptos: el respeto por la identidad cultural y la búsqueda de soluciones positivas:

• Integración: se produce cuando se conserva la identidad cultural y las costumbres y se buscan y valoran las relaciones positivas. Ciertamente, es algo complicado, por las propias características implícitas en los procesos migratorios (por parte de los inmigrantes: legalización de la situación, conocimiento del idioma, acceso a servicios públicos como sanidad, educación, vivienda, trabajo…, por parte de la sociedad autóctona: interés, deseo de encuentro, visión que se tiene de los inmigrantes).

• Asimilación: se produce cuando no se conserva la identidad cultural y las costumbres pero se buscan y valoran las relaciones positivas. Es muy frecuente tanto en Europa como en Estados Unidos, donde sobre todo interesa mantener relaciones con la población inmigrante en cuanto trabajadores, exigiéndoseles como contrapartida que se americanicen o europeícen para ser mejor aceptados.

• Separación: se produce cuando se conserva la identidad cultural y las costumbres pero se evitan las relaciones positivas. Es uno de los efectos del relativismo cultural. Se establecen unas bases de respeto a la cultura de las minorías étnicas pero siempre que no “molesten”. Los guetos de inmigrantes que se producen en las grandes ciudades o los poblados gitanos de las periferias (que en este caso, pueden experimentar varios modelos a la vez) son reflejo casi siempre de este fenómeno.

• Marginación: se produce cuando ni se conserva la identidad cultural ni las costumbres, ni se favorecen las relaciones positivas. Es un caso extremo que recuerda el exterminio de otras culturas.

En cualquier caso, es la mayoría la que detenta el poder y asimismo, es una clasificación susceptible de crítica y mejora, pero puede contribuir a reflexionar sobre el tema de la multiculturalidad ampliando así las perspectivas para una mayor comprensión y su relación con la educación.

¿Cómo trata la legalidad los conflictos con menores?

Acoso escolar, bullying, violencia en las aulas… resulta difícil en los tiempos que corren no haber oído alguno de estos términos cuando los medios hablan de la escuela por la televisión o por los periódicos. La imagen que transmiten es la de chicos y chicas peligrosísimos e irrecuperables que lo único que hacen es estorbar el desarrollo de vida en el centro escolar.

Pero los medios no son los únicos que nos hacen sentir temor. Los informes de expertos institucionales procedentes de consejerías, juzgados, defensores y demás, con todo un aparato burocrático a sus espaldas para avalarlos, son aún peor, de forma que no resulta extraño escuchar equiparaciones entre menor problemático y futuro delincuente. Ante la avalancha de quejas referidas a niños que no respetan nada ni a nadie, alumnos que agreden a sus profesores, menores que denuncian a sus tutores legales, padres y madres o maestros, también desde el sector de la medicina se oyen voces que abogan por catalogar a los peores de enfermos mentales y trastornados.

Sea como fuere, el hecho es que en la Comunidad de Madrid los Reformatorios de menores han pasado de ser dos a 17 en tan sólo cinco años. Los términos del lenguaje moderno disfrazan el antiguo y tétrico de reformatorio por el actual y más aséptico Centro de internamiento de menores. Lo que deja más dudas es el tipo de programas y terapias que se llevan en su interior, a juzgar por las estadísticas negativas. Además, el informe del Defensor del menor de Andalucía de noviembre de 2007 proponía un aumento de los centros psiquiátricos para chavales trastornados. Por no hablar de la contundencia policial que se solicita ante el incremento de actos delictivos de niños rumanos en la capital.

Paradójicamente, se piden medidas que están demostrando su ineficacia para tratar los asuntos conflictivos relacionados con los niños y niñas, con los menores; para tratarlos, claro está, con una lógica que contemple las causas y no sólo las consecuencias de sus conductas, apelando a las razones que sus recorridos vitales sugieran, y que ofrezcan pistas para abordar los problemas de manera integradora, que es lo que se les niega cuando desde la sociedad se apela a tomar medidas sancionadoras y punitivas, porque lo que suponen, a fin de cuentas, es una manera de castigarlos y no de resolver el conflicto con vistas al futuro.

Para Martínez Reguera, una sociedad atemorizada se vuelve defensiva y consiguientemente represiva contra “lo” que la atemoriza (no necesariamente contra “quien” atemoriza). Bastará exacerbar la conducta de ciertos menores, los más vulnerables e indefensos por su extracción social, subrayar su consiguiente delictividad, e inmediatamente invadir con represión el ámbito de la justicia. Estas políticas que se obsesionan por el perfecto control ciudadano se ahorran cumplir deberes y prestar verdaderos servicios al amparo de una opinión pública bien trabajada, proclive a la creación de piquetes ciudadanos.

Afortunadamente existen ejemplos de colectivos sociales con una dinámica de funcionamiento permanente y una preocupación por nuestra infancia a prueba de bombas. También hay que mencionar otros que hablan de redenciones sociales desde la óptica de la justicia institucional. Emilio Calatayud, juez de menores de Granada es conocido por sus sentencias ejemplares (sentó a un raterillo en un pupitre hasta que aprendió a leer) que nada tienen que ver con la aplicación de la Ley al uso. Cada vez van más lejos sus decisiones judiciales, en un siempre sorprendente aliño de sentido común e imaginación: a un hacker (pirata cibernético) que desde Madrid entró en el ordenador de varias empresas granadinas y provocó daños por valor de unos 2.000 euros, el magistrado le condenó hace unos meses a impartir 100 horas de clases a estudiantes de informática. Recientemente dijo: “Hemos creado una juventud muy ‘ligth’, poco preparada para la frustración” y considera que “todos podemos delinquir y somos recuperables”, por lo que afirma que endurecer las penas a los jóvenes es sólo una marcha atrás. ¿Qué dicen los menores de todo esto?





Experiencias a favor de la convivencia

Del 23 al 25 de Marzo, el Ministerio de Educación y Ciencia organizó el Congreso sobre Convivencia escolar, “De la educación socioemocional a la educación en valores”. Este Congreso responde a uno de los compromisos contemplados en el Plan de Convivencia firmado por el MEC y diversas organizaciones sociales vinculadas con la educación: sindicatos docentes, patronales, confederaciones de asociaciones de padres y madres y federaciones de asociaciones de estudiantes. Tras la reflexión sobre las situaciones que dificultan la convivencia en las aulas, llevadas a cabo en los dos congresos anteriores, se planteaba cómo contribuir a la mejora de la convivencia analizando el proceso que comienza en la educación emocional y culmina en la educación en valores. Los destinatarios de la iniciativa son maestros, profesores de Educación Secundaria, Formación Profesional y Orientadores que se encuentren en activo, en docencia directa en centros sostenidos con fondos públicos.

Y no es la única iniciativa institucional desde la que se intenta poner de relevancia la importancia de la convivencia escolar. En los últimos años se han elaborado variadas propuestas por parte de los distintos sectores sociales implicados; desde la localidad algunos recursos municipales han servido para propulsar la creación de plataformas en las que estuvieran representados los movimientos más sensibles con respecto a este tema (asociaciones juveniles, vecinales, padres y madres, profesores, personal de ayuntamientos…); sin embargo, la sensación es que no se consigue profundizar demasiado en el asunto y la mayoría de las veces el trabajo en común culmina con alguna campaña puntual por los barrios o con la publicación de algún tipo de declaración de intenciones (manifiestos, cartas abiertas, recogidas de firmas…). La práctica domina sobre la teoría, avalada por la experiencia sociolaboral y también voluntaria.

La falta de apoyos decididos por parte de la administración motiva que los grupos creados para fines tan concretos como éste tengan los días contados o reduzcan mucho sus pretensiones iniciales para mantenerse en el tiempo. La convivencia es un aspecto de la vida social: convivimos en familia, en la escuela, a la hora de movernos en transporte, en la comunidad de vecinos, y en cierta medida, en el trabajo y en los colectivos y asociaciones. Al igual que la metáfora cultural evoca al centro escolar como una especie de sociedad en miniatura, se puede pensar lo mismo del resto de núcleos donde interaccionamos y nos relacionamos las personas a lo largo de un tiempo determinado.

Para lograr una convivencia escolar que sea pacífica y positiva y que represente el ambiente y contexto habituales de los centros educativos, es necesario que se creen las mismas condiciones en el resto de núcleos de actividad social, y para ello, el esfuerzo no debe ser puntual, sino continuo, y lo que es más importante, debe ser un objetivo de todos los protagonistas implicados, es decir, de la sociedad en su conjunto.

Las iniciativas institucionales, por otro lado, tiene a su favor la capacidad para llegar a más cantidad de gente además de más medios y recursos (tanto económicos como humanos). Sin embargo los resultados parece que se quedan en un plano teórico más que práctico, y que contribuyen a engrosar la burocracia coyuntural a este tipo de instancias. Los agrupamientos en este caso cuentan con expertos en diversas materias y entidades importantes avaladas por impresionantes currículos. Los resultados suelen ser publicitados por los medios y los aparatos protocolarios consiguen algunas subvenciones; incluso es posible que se creen observatorios y fundaciones, además de los encuentros anuales, congresos y conferencias.

Si las diferentes campañas, iniciativas y experiencias por la convivencia, de cualquier tipo y procedencia, llevadas a cabo a lo largo del tiempo y desde sectores distintos han servido para concienciar acerca de la importancia de esta cuestión, para que la sociedad sea intercultural además de multicultural, y para transmitir valores sólidos y justos a través de unas relaciones positivas y horizontales, como pauta fundamental de crecimiento social, es posible que estemos preparados y preparadas para iniciar el cambio. Falta que las iniciativas traspasen los muros de las escuelas y se transformen en alternativas reales que se desarrollen mediante programas y seminarios para potenciar las habilidades psicosociales de toda la comunidad educativa y aprender a convivir con una visión constructiva de los confictos.


Guía de convivencia escolar